Mirar al cielo nocturno es contemplar un lienzo de luces situado a una distancia que durante siglos fue un misterio inescrutable. Las estrellas, esos puntos titilantes, parecían estar fijas en una cúpula celeste mágica a alguna "altura" desconocida. Pero, ¿cómo se logró romper esa ilusoria frontera y medir cómo de lejos se encuentran realmente las estrellas? Este es el relato de un hito en la historia de la Astronomía: el descubrimiento de cómo medir la distancia a las estrellas.
El reto de medir distancias en el cielo
Durante siglos los astrónomos intentaron determinar las distancias a las estrellas utilizando el paralaje estelar, un método que aprovecha el movimiento de la Tierra alrededor del Sol para observar pequeños desplazamientos en la posición aparente de una estrella frente al fondo estelar más lejano. Sin embargo, estas variaciones son tan diminutas que los instrumentos antiguos eran incapaces de detectarlas. El obstáculo principal era la precisión de los telescopios y no fue sino hasta bien entrado el siglo XIX cuando los avances en óptica y métodos de observación permitieron llevar este método a la práctica.
![]() |
Método del paralaje estelar |
Friedrich Bessel y la estrella 61 del Cisne
El momento clave llegó en 1838, cuando Friedrich Wilhelm Bessel, matemático y astrónomo prusiano, logró medir la distancia a una estrella: en concreto a 61 del Cisne. Esta estrella doble era una candidata ideal porque su movimiento propio, su desplazamiento aparente en el cielo, (ver artículo anterior) era notablemente rápido, lo que sugería que la estrella estaba relativamente cerca.
Bessel utilizó el heliómetro de Fraunhofer (sí, el mismo físico conocido por las Líneas de Fraunhofer y muchas otras aportaciones a la Ciencia), un instrumento que permitía medir ángulos con una precisión extraordinaria. Durante meses, registró cómo cambiaba la posición aparente de la estrella en función de la órbita terrestre. Finalmente, calculó que el paralaje de 61 del Cisne era de 0,314 segundos de arco, lo que situó a la estrella a unos 10,3 años luz de distancia. Éste fue el primer cálculo exitoso de la distancia a una estrella más allá del Sol.
Este resultado confirmó además, por primera vez, la hipótesis de Giordano Bruno sobre la inmensidad del universo y la posibilidad de que las estrellas fueran soles lejanos con planetas habitables orbitando a su alrededor.
![]() |
Bruno, Fraunhofer y Bessel en una representación de ChatGPT, basada en retratos disponibles de los tres científicos. |
El Parsec
![]() |
Gráfico de definición de Parsec |
Otras estrellas cercanas
Tras el logro de Bessel, otros astrónomos también midieron distancias estelares. En el mismo periodo, Thomas Henderson determinó el paralaje de Alfa Centauri, nuestro sistema estelar vecino: 0,75 segundos de arco, lo que resultó en una distancia de 4,3 años luz hasta nosotros, siendo el sistema estelar más cercano a la Tierra. Friedrich Struve midió la distancia hasta Vega y la situó a unos 25 años luz de distancia. Cada nueva medida confirmaba que las estrellas estaban a distancias inconcebibles para los estándares terrestres. Y apenas se estaban midiendo las distancias a las estrellas más inmediatas.
La relevancia de medir distancias
El trabajo de Bessel abrió las puertas a una nueva era en astronomía. Saber cuan lejos están las estrellas no solo nos da una idea de las dimensiones del Cosmos, sino que también nos permite calcular sus luminosidades reales, tamaños y otras propiedades físicas.
Hoy en día, con misiones como la europea GAIA, que mapea la Vía Láctea con una precisión sin precedentes, seguimos ampliando nuestro conocimiento sobre las distancias estelares. Sin embargo, el método del paralaje sigue siendo la piedra angular de este esfuerzo, tal como lo demostró Bessel hace casi dos siglos.
![]() |
Recreación artística del Satélite GAIA de la ESA |
Conclusión
El viaje para medir la distancia a las estrellas es un ejemplo de cómo la humanidad ha superado límites técnicos y conceptuales para desentrañar los misterios del universo. Desde los modestos instrumentos de Bessel hasta los sofisticados satélites actuales, seguimos mirando al cielo con la misma pregunta fundamental: ¿cómo de lejos están las estrellas?
Tanto para ésta como para el resto de las preguntas que nos hacemos los curiosos, recordad que estos artículos son tan solo una introducción; Internet está lleno de recursos magníficos para profundizar en cualquier tema de vuestro interés. No desaprovechéis el acceso al conocimiento del que ninguna otra generación de apasionados por la Ciencia pudo gozar.
Y recuerda también que cada vez que alzamos la vista al cielo nocturno, no solo contemplamos las estrellas, sino también el legado de siglos de ingenio humano que nos permite comprender su lugar en el Cosmos.