No queremos dejar pasar la oportunidad que nos ofrece estar en año bisiesto para contar algunas cosas sobre el porqué del 29 de Febrero y su relación con la Astronomía y la medida del Tiempo.
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GAIVS JVLIVS CAESAR |
Conocemos como año bisiesto a aquel año del calendario que contiene un día adicional. La propia expresión "bisiesto" procede del latín BIS SEXTVS DIES ANTE KALENDAS MARTII, literalmente Repetición del día sexto antes de las Calendas de Marzo; lo que traducido a nuestro calendario actual significaría algo así como repetición del 24 de febrero.
Este día se añade para tratar de mantener sincronizados nuestro año calendario (también llamado año natural o año civil) con el año astronómico. Esta sincronización es necesaria porque el año astronómico o sideral (el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del Sol) no contiene un número entero de días, sino que dura algo menos de 365 días y cuarto, mientras que el año calendario consta exactamente de 365 días. Intercalando un día adicional cada cierto tiempo se puede, en principio, mantener la sincronización entre ambos calendarios, el civil y el astronómico.
El primero en introducir el día adicional en Occidente fue Julio César, en el año 45 a.n.e. cuando reformó el antiguo calendario Romano para hacerlo consistente con el calendario solar utilizando las ideas al respecto que aprendió en Egipto. No solo sincronizó ambos calendarios añadiendo de golpe 80 días al año 46 a.n.e. sino que ajustó las medidas de los meses tradicionales romanos y eliminó los meses intercalares. Finalmente incluyó la regla de añadir un día adicional cada cuatro años al final de Febrero (último mes del año en el calendario romano tradicional). Nació así el llamado Calendario Juliano.

Ocurre que, aunque bastante buena, la aproximación egipcio-romana no es perfecta. Un año trópico dura 365.2422 días, no exactamente 365.25 como asume la reforma de Julio César (La diferencia entre año sidéreo y año trópico es sutil y no necesaria para entender el tema que estamos tratando, baste con comprender que estamos añadiendo tiempo de más). La consecuencia es que el calendario Juliano se desincroniza del solar aproximadamente tres días cada 400 años. Puede no parecer mucho, pero en 1600 años se acumularán más de 12 días de separación entre la medida civil y la real; y esto empezó a ser un problema para la Iglesia Católica, cuya fiesta de la Pascua se regía, como todavía hoy, por un calendario lunar.
La Pascua se celebra tradicionalmente el primer domingo después de la primera luna llena posterior al 21 de marzo (equinoccio de Primavera en el hemisferio norte); y con el calendario Juliano la fecha del 21 de marzo se alejaba cada vez más del propio equinoccio. Así que el Papa Gregorio XIII decidió arreglarlo de un plumazo y, a imagen de Julio César, decretó que el día 4 de octubre de 1582 sería seguido del 15 de octubre del mismo año; restando así los 12 días de más que se habían acumulado en 16 siglos. Para evitar que el calendario Juliano siguiera añadiendo días de más se introdujo una modificación a la reforma de Julio César: se seguiría añadiendo un día en los años que fueran divisibles por cuatro, pero con una excepción: si el año es divisible por 100 solo será bisiesto si además es divisible por 400.
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Calendario que muestra que 1900 no fue bisiesto |
Es decir, desde 1582 se siguió añadiendo un día cada cuatro años, con la excepción de 1700, 1800 y 1900. El año 2000 fue bisiesto porque, aunque divisible por 100, también lo es por 400; mientras que 2100 volverá a no ser bisiesto. Se eliminan así los 3 días que añadía cada 400 años el calendario Juliano; y llamamos al nuevo calendario reformado Calendario Gregoriano.
Hasta ahora hemos explicado la necesidad de añadir días al calendario civil cada cierto tiempo, pero todavía no hemos hablado del 29 de Febrero como tal. Recordemos que en el calendario Juliano, en uso hasta el siglo XVI, el día que se añadía cada cuatro años era una repetición del día 24 de febrero. El caso es que no hemos podido encontrar de forma fehaciente fuentes que nos indiquen cuando se abandona la repetición del día 24 para pasar a añadir el día 29: parece que en Inglaterra empezó a ser práctica común durante el siglo XV, pero no se estableció como ley hasta 1750.
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Misal Romano mostrando la fiesta de San Mateo |
Es muy posible que la celebración cristiana de las fiestas de San Mateo, precisamente el 24 de febrero, y las incomodidades que eso producía para saber cuándo era dicha fiesta, provocaran, a lo largo de los siglos XVI a XVIII, el abandono del día 24 duplicado y su sustitución por el día 29 de febrero; pero más allá del dato de Inglaterra no hemos encontrado más detalles.
Esperamos que haya quedado más o menos claro. En cualquier caso, cualquier persona con dudas o interés en profundizar en el tema puede contactarnos con total libertad. Hasta la próxima.