martes, 2 de enero de 2024

Científicas, Matemáticas y Astrónomas: Dian Fossey

En nuestra serie favorita, Científicas, Matemáticas y Astrónomas hoy os presentamos a una bióloga, la maravillosa Dian Fossey.

Dian nace en San Francisco el 16 de enero de 1932 y tras una infancia no demasiado feliz en la que, tal vez precisamente por eso, comenzó a sentirse muy atraída por los animales, se graduó en Terapia Ocupacional en 1954. Pasó trabajando varios años en un hospital de Kentucky donde conoció los trabajos sobre gorilas del zoólogo George Schaller. 

Entusiasmada por dichos estudios Fossey viajó a África por primera vez en 1963 donde conoció al arqueólogo británico Louis Leakey, otro apasionado del estudio de los grandes simios. Leaky le encargó un trabajo de investigación sobre gorilas y así, en 1966 consigue financiarse, a través de la National Geographic Society un viaje para trabajar en Zaire (actual República Democrática del Congo), aunque  debido a la complicada situación política pronto se traslada a Ruanda. Junto a Jane Goodall, dedicada a los chimpancés, y a Biruté Galdikas, dedicada a los orangutanes, Dian fue conocida como uno de los "Ángeles de Leaky". Desde el comienzo de sus trabajos Fossey demostró una impresionante capacidad para ganarse la confianza de los gorilas, y dio nombre a algunos de los que trabajaban directamente con ella, incluyendo a su preferido, Digit.

En 1967 Dian funda el Centro de Investigación de Karisoke, un campo de trabajo localizado en las Montañas Virunga, en la provincia de Ruhengeri, en Ruanda. Dian se convirtió en una celebridad mundial cuando en 1970, su trabajo dedicado a salvar de la extinción al gorila de las montañas es portada en el número de enero de National Geographic. En 1974 es nombrada Doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge.

Dian Fossey era partidaria de la "conservación activa", creando patrullas anti-furtivos y defendiendo la preservación del hábitat natural de las especies, en contraposición a la "conservación teórica" que incluye la promoción del turismo. También se opuso siempre a los parques zoológicos ya que la captura de un animal suele significar la muerte de todos los miembros de su familia; además muchos animales no sobreviven al transporte y los índices de supervivencia y nacimientos en un zoo son casi siempre inferiores a los de la vida salvaje. Además Dian entendía que el mantenimiento de animales en prisión para el entretenimiento del público era simplemente no ético. En 1983 publica su obra escrita, Gorilas en la Niebla, que explica toda su lucha en defensa de los gorilas y la Naturaleza en general.

Dian Fossey con sus gorilas en una fotografía de National Geographic

El 26 de diciembre de 1985 Dian Fossey fue encontrada brutalmente asesinada en el dormitorio de su gabinete. Su cráneo había sido partido con un arma nativa, una panga, normalmente utilizada por los cazadores furtivos que ella había confiscado años antes y que tenía como decoración en la pared de su sala de estar. Las circunstancias de su muerte siguen siendo un misterio: Farley Mowat, autora de la biografía Fossey en la Niebla, piensa que es muy extraño que Fossey fuera asesinada por furtivos, sino que más bien fue muerta por aquellos que la veían como un impedimento al turismo y a la explotación financiera de los gorilas; las evidencias del crimen apuntan claramente a que quien lo hizo conocía perfectamente la vivienda de Dian y sus costumbres diarias, además no faltaba nada de valor, miles de dólares en efectivo y cheques de viaje, equipo fotográfico sofisticado... que hubiera sido, indudablemente, muy apetecible para un furtivo. Tras la muerte de Fossey todo su equipo, incluyendo a Rwelenka, un explorador que había sido despedido meses antes, fue arrestado. Todos fueron liberados, excepto Rwelenka que murió en prisión, oficialmente habiéndose suicidado colgándose.

Lugar de descanso de los restos de Dian Fossey
junto a sus amigos Gorilas.
El hecho es que había muchas organizaciones interesadas en el fracaso de Fossey para usar los gorilas con propósitos turísticos y por tanto, para producir beneficios económicos; entre ellos, la Oficina de Turismo de Ruanda, el Fondo Mundial para la Vida Salvaje, la Fundación Africana de Vida Salvaje, el Proyecto Monte Gorila... Fossey nunca ocultó que el dinero que mucha gente le enviaba a través de estas organizaciones para financiar sus patrullas anti-furtivos, acababa en la financiación de proyectos turísticos y "para pagar el billete de avión de los llamados a sí mismos conservacionistas que jamás formarán parte de una patrulla anti-furtiva ellos mismos". Aun hoy, muchas de estas organizaciones que se opusieron a Dian siguen recolectando dinero usando su nombre, y usan este dinero para justo lo contrario a lo que Dian dedicó su vida. Notaremos que semanas antes de la muerte de Dian la Oficina de Turismo de Ruanda rechazó la renovación de su visado. De todas formas Augustin Nduwayezu, un comprensivo Secretario a cargo de inmigración, le concedió un visado especial de dos años; Mowat cree que este visado significó, de hecho, su condena a muerte.

Dian Fossey está enterrada en un lugar de Ruanda que ella misma había construido para sus amigos gorilas muertos.

Uno de los amigos de Dian, el Doctor Shirley McGreal continuó trabajando para la protección de los simios a través de la Liga Internacional para la Protección de los Primates, una de las pocas organizaciones que según Fossey promocionaban la "conservación activa". Hoy, tras los genocidios en Ruanda y Burundi de los años 90, no queda prácticamente nada del campo o la obra de Fossey.

Se calcula que quedan menos de 800 individuos en estado salvaje de Gorila de Montaña (Gorilla beringei beringei), la subespecie estudiada por Fossey.

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